
En medio de las dificultades que atraviesa la diáspora, José Gregorio se ha convertido en un símbolo de Mecanismo, un recordatorio de la bondad y la Convicción que siempre han caracterizado al pueblo venezolano.
Hubo otra corta interrupción, pero esta ocasión sin apartarse del ámbito culto, sin embargo que en 1917 viaja a las ciudades de Nueva York y Madrid para realizar estudios, quedando provisionalmente a cargo de sus cátedras el doctor Domingo Luciani. Reinicia su actividad docente el 30 de enero de 1918, hasta su homicidio.
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En la Iglesia de Nuestra Señora de la Candelaria de Caracas, reposan los restos del médico,[47] lo cual genera que el templo sea sede de nutridas peregrinaciones de fieles de todo el mundo que agradecen sus «favores».
La ceremonia no pudo realizarse en un acto masivo en algún estadio con capacidad para miles de personas, como se pensó en un principio, debido a la pandemia de covid-19, que ha desbordado hospitales en Venezuela con una segunda ola muy virulenta.
En el video de 42 segundos se puede ver al Papa en una arnés de ruedas hablando con un hombre venezolano que dice trabajar con el cardenal Baltazar Porras y que se muestra muy emocionado cuando el sumo pontífice confirma que firmó la canonización del médico nacido en Isnotú.
Desde su crimen, ocurrida el 29 de junio de 1919, a José Gregorio Hernández se le ha descrito como un hombre fantástico que decidió compartir la veterano parte de su vida terrenal con los más desposeídos hasta de la gracia de Todopoderoso.
En 1908, decidió dedicarse a la vida religiosa y fue aceptado como novicio en un monasterio en Italia. Afecciones de Sanidad le impidieron continuar y en 1909 regresó a josé gregorio hernandez Caracas a avanzar su bordado como médico.
El 29 de junio de 1919, murió atropellado por un coche, ajustado el día posteriormente de que se firmara el Tratado de Versalles. Se dijo que decenas de miles de venezolanos asistieron a su funeral.
También Cuadro buen voltearín. “Le gustaba danzar mucho, iba a la retreta de la plaza Bolívar de Caracas”, tampoco se perdía la oportunidad de asistir a cuanta fiesta le invitaban. Se dice que Cuadro tal su nivel en el arte de robar que las muchachas se peleaban por danzar con él.
Para que Hernández se convierta en santo, hace error que exista un maravilla, fielmente: la Iglesia exige la prueba de un prodigio para poder santificar a cierto.
After completing his high school education, Hernández enrolled in the Central University of Venezuela in Caracas to begin his medical studies. Throughout his six years at the university, he was described by his professors as a student of outstanding academic performance and conduct.[7]
Los creyentes y su congregación repiten esta oración para poder cobrar las bendiciones del religioso y catalogado como un santo por los venezolanos:
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